Una aproximación a la lucha de las comunidades marino costeras por la liberación del Río Madre Vieja, secuestrado y privatizado por la agroindustria de la caña de azúcar, el banano y la palma aceitera.
Carmen Reina, El Observador
Nos planteamos en esta contribución, conocer, analizar y potenciar los procesos desencadenados por la acción movilizadora y liberadora de ríos que iniciaron las comunidades de la Costa Sur desde el año 2015. Partimos de las denuncias legales planteadas contra las empresas sindicadas del desvío y contaminación de los ríos, para pasar a identificar la naturaleza de estas empresas, su accionar, el tipo de violaciones y delitos cometidos.
Consideramos la Marcha por el Agua que tuvo lugar en abril de 2016, como una gran movilización que colocó en la opinión pública los problemas generados por las empresas en todo el país por el acaparamiento privado del agua, lo que derivó en una investigación parlamentaria y tuvo incidencia en diálogos ciudadanos por el agua así como en la articulación y construcción de una iniciativa de Ley de Agua.
El impacto de la primera acción por liberar el río ahora fue fortalecido por comunidades en Champerico, que se oponen al cultivo de caña de azúcar en su localidad.
Queda entonces un horizonte abierto de movilización social por la defensa de los bienes comunes, que son indispensables para la vida humana y toda la red de la vida en la Madre Tierra.
Para el presente año 2017, el escenario de la liberación de los ríos también tendrá como un elemento central la lucha por una Ley por el uso y la disponibilidad del agua como un bien público y vital a la cual todas y todos tenemos derecho.
La defensa de los bienes comunes, particularmente del agua, es parte de una lucha que concierne a todos los seres humanos. El agua es un derecho humano y, por ende, debe ser parte de las luchas sociales contra el modelo de desposesión.
Acá está puesto el horizonte. Otras comunidades se han movilizado en torno a la denuncia y rescate de los ríos desviados y privatizados por las empresas. Han accionado con demandas legales y esperan la respuesta.
El desafío es trascender ese “grito de ¡No!”, hacia un proyecto de recuperación de las formas de vida diferentes al capital y al modelo de acumulación actual. Ahora en Champerico, las comunidades rechazan la siembra de caña.
La protesta ciudadana avanza, pero de manera aún local, no articulada. Para generar un proceso generador de transformaciones, se requiere procesos organizativos, de toma de conciencia y de movilización social y popular de mayor envergadura; sin embargo, he acá el inicio que puede potenciarse. El primer paso ha sido dado.
La mirada ahora debe trascender de la recuperación de los ríos a la transformación integral del sistema que ha permitido su secuestro y la denegación de derechos integrales de la población. La lucha estratégica es por la transformación del Estado y la sociedad; lo que ahora se plantea como el marco del Buen Vivir y la Fundación de un Estado Plurinacional, Popular y Multisectorial.
Texto completo en El Observador, Enfoque
Lea además la primera parte de este informe, Devuelvan nuestro río, en el mismo enlace.
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